Un nicoleño y sus 15 años en el Almirante Irízar

Suboficial Mayor Raúl Godoy de San Nicolás de los Arroyos

“Me gusta explicarles lo que la Armada nos da, para que lo valoren y sepan hacerlo suyo”

El Suboficial Mayor Raúl Godoy lleva 33 años en la Armada Argentina y 15 de ellos estuvo destinado en el rompehielos ARA “Almirante Irízar”. Hoy, como Suboficial de Unidad de ese buque, tiene la responsabilidad de trabajar sobre el bienestar del personal y de incentivar a los más jóvenes.

BUENOS AIRES – Hacia fines de octubre, el rompehielosARA “Almirante Irízar” de la Armada Argentina realizó una etapa de navegación en los hielos que duró unos 20 días, recorrido que incluyó de Buenos Aires a Ushuaia y de allí a la base Orcadas, en las Islas Laurie en la Antártida.

El objetivo fue realizar las pruebas de hielo de cara a laactual Campaña Antártica de Verano (CAV); es así que navegó por bordes y packs de hielo a fin de probar su comportamiento y capacidades para obtener la certificación final y reincorporarse a la Armada.

En aquella navegaciónse encontraba el Suboficial Raúl Godoy, oriundo de San Nicolás de los Arroyos, al norte de la provincia de Buenos Aires, quien contó que sumando las Campañas Antárticasde Verano (seisCAV en total) y el trabajo en el rompehielos durante su permanencia en el Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR), lleva un total de 15 años a bordo de esta singular unidad de la Armada.

Llegó al buque cuando era Cabo Principal y hoy se desempeña como Suboficial de Unidad, el más antiguo de los suboficiales a bordo y quien tiene la “inmensaresponsabilidad” –según sus propias palabras– “de trabajar sobre el bienestar y al servicio del personal; soy una persona que todos los días incentivo alosmarinos, y me gusta explicarles lo que la Armada nos da a cada uno de nosotros, para que lo valoren y sepan hacerlo suyo”, expresó el Suboficial Mayor.

Este marino nicoleño cumplió primero, funciones como Suboficial del cargo Automatización,y más tarde, luego de hacer el curso para jefe de cargo, se desempeñó también en el de Contabilidad de Materiales; siendo más adelante ayudante del contador a bordo hasta su nombramiento como Suboficial de Unidad.

Describió que la Antártida como lugar es algo inexplicable; “uno puede navegar en cualquier parte del mundo, pero lo que se vive en la Antártida es completamente diferente a todo. Tiene una tranquilidad y una soledad en la que uno se mete en su interior”.

“Mi primer viaje a la Antártida fue a la base Orcadas donde formé parte del Grupo Reparaciones. Allá se trabaja mucho en equipo, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos; todos somos uno. Y mi última campaña antártica fue la del 2005/6 siendo destinado después al buque logístico ARA ‘Patagonia’”, relató.

También fue una de lasúltimascampañaspara el “Irízar”,porque al año siguiente –en abril del 2007–sufrió un incendio que lo dejó en reparaciones por una década. Tras el proceso de reconstrucción y modernización, el “Irízar” se convirtió en un rompehielos único en el hemisferio Sur; incorporó tecnología de última generación, duplicó su capacidad de transporte de gasoil antártico (GOA) e incrementó en un 600 por ciento la cantidad de espacio dedicado a la investigación científica.

Durante la reparaciónel Suboficial Godoyretornó al destino y hoy,puede sentir la satisfacción de volver a navegar en él: “El rompehielos es una unidad única en Sudamérica, no todos pueden disfrutar de este destino, son seleccionados y elegidos para cumplir sus roles aquí; es algo que siempre se lo recuerdo a la tripulación”.

El Suboficial Godoy dijo que dentro de las ambiciones profesionales en la carrera naval, siempre está conocer la Antártida o hacer un viaje por el mundo en la fragata ARA “Libertad” y él pudo hacer ambas, reconociendo que hizo una “linda” carrera dentro de la Institución.

El rompehielos se encuentra al mando del Capitán de Fragata Maximiliano Mangiaterra y cuenta con una dotación de 111 personas. Desde el 7 de enero, la embarcación está realizando la Campaña Antártica de Verano 2017-2018 junto a otras unidades de la Armada Argentina.

Hacia fines de este año, el Suboficial Godoy estaría en condiciones de retiro y al respecto dijo: “El hecho de encontrarme en el último trecho de mi carrera abordo del rompehielos, es cerrar mi ciclo de la mejor manera, haciendo lo que me gusta en el lugar que me gusta”. A lo que agregó: “Mi familia es el sostén de mi carrera; tengo 3 hijos: uno de 28, otro de 21 y uno de 4 años. Hoy estoy acá por ellos”.

“Voy atener presente siemprea la Armada”

Reflexionó el Suboficial de Unidad de San Nicolás de los Arroyos mientras repasa por la memoria, su ingreso a la Armada en 1984ysus diferentes destinos a lo largo de estos 33 años.

“Siempre me gustaron las Fuerzas, tenía como una pasión,y leyendo los diarios llegué a enterarme que podía ingresara la Armada y me fui hasta Buenos Aires para anotarme. Podría haberme anotado en Rosario, que está a unos 70 kilómetros de San Nicolás, pero no lo sabía”, sonrió.

Hizola Escuela de Suboficiales de la Armada y se recibió a fines de 1986 en la especialidad de Electricista en Sistemas de Control.Aún recuerda con detalle el viaje en tren de Buenos Aires a Puerto Belgrano para el ingreso a la Fuerza y dijo que siempre cuentauna anécdota de su primer destino en el portaviones ARA “25 de Mayo” (hoy radiado) que eran 68 electricistas durmiendo en un sollado –así se denomina en la jerga marinera alos cuartos con muchas cuchetas que tienen los buques–.

“Tuve el honor de haber navegado los últimos años de actividad del buque y a partir de allí fui pasando por distintas unidades navales.Mi segundo destino fue en la corbeta ARA ‘Guerrico’ donde estuve dos años,navegué por las 200 millas –límite de la Zona Económica Exclusiva– y también hicimos la regata Buenos Aires-Río de Janeiro”, recordó.

“En 1992 tuve la suerte de dar la vuelta al mundo con la fragata ARA ‘Libertad’en coincidencia con los 500 años de América, también estuve allí dos años y me dieron pase al destructor ARA ‘Sarandí’. Hice durante un año el Curso Aplicativo para Cabo Principal, volví al ‘Sarandí’ y de allí llegué al rompehielos”, rememoró.

“A la Armada como institución la voy a tener presente siempre a lo largo de toda mi vida. La Armada fue mucho para mí, me forjó como hombre en muchos aspectos y pude conocer muchos lugares”, concluyó. Además del privilegio de ser, un “hombre antártico”.

En el continente blanco, en aquellas lejanas latitudes y paisajes, cada verano desde hace 113 años, la Armada Argentina presta apoyo logístico para el reabastecimiento de las bases argentinas permanentes y temporarias; traslada personal de Fuerzas Armadas, civiles y científicos –una dotación de trabajo en cada destacamento—y materiales e insumos. Tareas primordiales para continuar con el legado de la presencia argentina en la Antártida en reconocimiento de nuestra soberanía nacional.

 

Fuente: www.gacetamarinera.com.ar

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