La ética y la política, palabras desencontradas

Uno de los temas que se han puesto de moda en estos días, ante la cantidad y calidad de las denuncias de corrupción, es la ética  política. Los ciudadanos tienen mucho tiempo planteando entre sus demandas la honestidad de los gobernantes. Sin embargo tal parece que se ha puesto mucho más atención en las demandas de acciones como el empleo, la seguridad, la educación etc, y no se ha dimensionado la importancia que para la sociedad tiene el contar con un liderazgo transparente, congruente.

Los estudiosos dicen que para hacer funcionar las instituciones, la ética política debe ser contemplada como una virtud colectiva. Hacerlo de manera individual perjudica el actuar de una organización, de un país. La buena intención personal, que siempre es importante en la vida, no es suficiente cuando tenemos que tomar decisiones en las que entran en juego también las decisiones de otros individuos. Hay que comprender la relevancia de esta idea, para lograr los ajustes necesarios en lo colectivo.

Por eso todo está relacionado, cuando se habla de gobernantes con más humildad, con honestidad, nos referimos a una conjugación de valores, de virtudes que componen una opción real de liderazgo.

 

Definición

La ética política regula el proceso para acceder al poder, regula el ejercicio del poder y regula los métodos para mantener o aumentar el poder. Es diferente de la ética común al menos en el sentido trivial de que la política es una profesión regulada por un código especial. Dicha ética profesional versa sobre los actos privativos de la política, y por eso consta de normas adicionales a las de la ética general (o sea que el político está obligado por la ética profesional en el trabajo y por la ética común en su vida común).

Comentarios (Facebook)

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.