Nicoleños abren su propio bar en la zona más caliente de Pichincha

El local cuenta con más de 20 canillas dónde sirven cerveza, sidra y vermuth artesanal.

El “boom” de la cerveza artesanal despertó consigo las pasiones de muchos emprendedores que soñaban con tener un bar propio. Cuando no se trata de grandes cadenas sino de grupos de amigos que se largan a emprender en el rubro, el bar tiene siempre un toque personal. Y este es el caso de Train Hops, la nueva cervecería ubicada en la esquina de Pueyrredón y Catamarca, producto de tres amigos amantes de la cerveza artesanal.

 

Los hermanos Mauricio y Ezequiel Bournissent, oriundos de San Nicolás, son estudiantes universitarios y a la vez productores de cerveza. Desde hace unos años venían pensando en empezar a comercializarla, y la oportunidad surgió hace unos meses cuando consiguieron el local de Pichincha y decidieron armar sociedad con su amigo y estudiante de diseño equipacional Facundo Nasta de Pergamino, quien se encargó del diseño del lugar, las mesas, sillas, logos, etc, buscando que el local sorprenda también desde lo estético.

 

Train Hops destaca principalmente por la gran variedad de bebidas artesanales que posee. Cuenta con 21 canillas en total, de las cuales 18 corresponden a cerveza artesanal de marcas locales y regionales, otra con cerveza artesanal Hansen -de producción propia-, otra de sidra artesanal, y por último, una canilla de vermuth artesanal preparado por ellos mismos con distintos aperitivos. Además, en un futuro esperan agregar vinos por copa.

 

“Desde un principio pensamos en un bar con mucha oferta de cervezas, mucha variedad, dónde destaquen las cervezas más lupuladas que son las que nos gustan a nosotros. El nombre del bar sigue un poco este concepto, el nombre en castellano sería ‘tren de lúpulos’”, indicó Mauricio en diálogo conPunto biz.

 

En cuanto a la comida, Train Hops está pensado al estilo de “estación cervecera”, como bar al paso, con un menú simple y rápido, con oferta de sandwichería fría principalmente. Pero, a su vez, los emprendedores consiguieron asociarse con una pizzería vecina que les provea de algunas variedades de pizza para sus clientes.

 

Ubicado sobre lo que era una antigua ferretería, la remodelación del lugar demandó más de dos meses de trabajo. Y ahora, ya próximo a abrir en pocos días, el local de 80 m2 presenta una cara completamente nueva, con un diseño industrial típico de los bares americanos.

Fuente: puntobiz.com.ar

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