Con un software antropométrico miden el estado de salud de los chicos en edad escolar

Una nueva herramienta software creada por el ministerio de Salud de la Provincia permite evaluar el estado de salud general de los chicos que concurren a las escuelas primarias de la Provincia, y conocer así si tienen sobrepeso, obesidad o tensión arterial elevada, de manera práctica e individualizada.

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La información que se carga en la herramienta informática creada por la dirección provincial de Atención Primaria de la Salud, surge del Plan de Salud Escolar que lleva adelante el Gobierno de la Provincia junto con los municipios, a través del cual el año pasado se conocieron los primeros datos: el 24,2 por ciento de los chicos de entre 6 y 11 años presenta exceso de peso, mientras que en el 18,4 por ciento se halló algún nivel de obesidad, de acuerdo a las curvas de medición del crecimiento avaladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Para el gobernador Daniel Scioli, la infancia ha sido siempre una de las prioridades de la gestión. Por eso, conocer el estado nutricional de los chicos, nos permite diseñar políticas públicas de acuerdo a sus necesidades”, dijo el ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia al explicar los fundamentos del Plan. Y agregó: “Hoy tenemos que poner especial atención en el preocupante aumento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la niñez, tendencia que se acrecienta en todo el mundo”.

El Plan de Salud Escolar de la Provincia consiste en realizar controles médicos integrales y establecer un diagnóstico sobre los niños en edad escolar, siempre con consentimiento de los padres, mientras que cuando a un chico se le detecta algún problema de salud, se le consigue un turno en un hospital con el especialista que corresponda y se hace un seguimiento del tratamiento.

Luis Crovetto, director de Atención Primaria de la Salud, a cargo del Plan, explicó que la nueva herramienta software, sirve “para optimizar ese trabajo, ya que permite la valoración del estado nutricional en niños de 6 a 11 años de forma automática y eficaz, minimizando el tiempo de registro y procesamiento de datos tanto a nivel individual como colectivo, al tiempo que permite evaluar el crecimiento de los niños”.

Daniel Otero, uno de los diseñadores de este software antropométrico, señaló que “el sistema de registro es sencillo y fue pensado para alivianar el trabajo de los municipios, que son los encargados de enviar los datos a la Provincia”. Y explicó: “primero se carga la fecha de nacimiento del niño, y el programa calcula automáticamente la edad en años y en meses, luego se suman talla y peso para que el software devuelva el índice de masa corporal. Por último, también se incorpora la presión arterial sistólica y diastólica, para conocer si el niño tiene presión arterial elevada, siempre de acuerdo a los parámetros que establece la OMS ”.

Hasta ahora, son nueve los distritos que comenzaron a validar el software: Brandsen, Ezeiza, General Belgrano, Ituzaingó, Marcos Paz, Morón, San Vicente y Las Flores. No obstante, el ministerio de Salud creó un manual explicativo para facilitar el aprendizaje a su uso. 

El combo más peligroso

El sobrepeso y la obesidad constituyen severos problemas de salud en sí mismos, pero también acarrean muchos otros. “Se estima que 3 de cada 10 chicos y adolescentes que presentan sobrepeso entre los 10 y 14 años, serán adultos obesos”, explicó la coordinadora del Programa Armando Salud, María Laura Sansalone.

Por eso, si no se actúa rápido, este problema agravado y sostenido en el tiempo, sumado a malos hábitos como el sedentarismo, puede derivar en hipertensión arterial, una enfermedad erróneamente vinculada sólo con el mundo adulto: su prevalencia en la infancia es del 1 al 3 por ciento, alcanzando el 10 por ciento en la adolescencia

“A través de la grasa corporal que comienza a alojarse en las arterias se produce una presión mayor en el tránsito de la sangre y en consecuencia un mayor gasto cardíaco”, señaló Sansalone.

Tips para mejorar la alimentación

  • Empezar el día con un buen desayuno:   el aporte de energía del desayuno es indispensable para el correcto funcionamiento del organismo y mucho más aún en uno que crece. Para que un desayuno sea considerado bueno, debe cubrir el 20% del total de la energía que se necesita por día. 
  • Realizar las 4 comidas principales   (desayuno, almuerzo, merienda y cena): se aconseja procurar que el niño no saltee ninguna de ellas porque posibilitan que las raciones a consumirse posteriormente sean las adecuadas, evitando la repetición de porciones. 
  • Evitar las colaciones improvisadas:   es importante planificar las colaciones de los chicos según las actividades que tengan cada día, a partir de sus horarios de escuela, club, actividades deportivas, artísticas. Las colaciones deben servir para evitar la improvisación con alimentos que no sean los adecuados. Ejemplos de colaciones saludables son: frutas, ensaladas de frutas, postres con frutas, lácteos en general descremados, licuados, copos o barras de cereales, pochochos caseros, entre otros. 
  • Sumar colores a la dieta:  con el fin de promover el consumo de verduras, que muchas veces son rechazadas por los chicos, se recomienda sumarlas en sus más variados colores, respetando la estacionalidad de las mismas y buscando maneras atractivas de presentarlas en el plato de alimentos que ellos prefieran. 
  • Elegir pan en el desayuno y merienda : aunque parezca mentira, elegir pan antes que cualquier galletita es más saludable. El pan elaborado a través de harinas de trigo o maíz u otra, constituye una derivación del cereal que en su elaboración requiere mínima cantidad de grasa en algunos casos o sencillamente no la contiene.

 

  • Evitar alimentos ultraprocesados:  la oferta alimentaría actual, y particularmente la destinada a la población infantil, es la de los alimentos ultraprocesados, que aportan en pocos gramos muchas calorías vacías de nutrientes.  
  • Promover el consumo de agua y limitar el de gaseosas: la hidratación también es parte de una buena nutrición. Las gaseosas aportan mucha energía, pero sin ningún nutriente, por eso se considera que tienen “calorías vacías”. 
  • Proponer la cocina en conjunto y comer en familia: darle un valor especial a la buena alimentación puede ayudar a cambiar hábitos. Promover la participación de los niños en la cocina (siempre cuidando que no estén en riesgo), pensar en familia opciones alimentarias saludables y sentarse juntos a la mesa, son acciones que ayudan a ordenar y respetar la alimentación. 

 

Fuente: Ramallociudad

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